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La colección Bucle, nace de emular el acto generativo de los bucles en la naturaleza, que obedecen a complejas leyes que regulan su movimiento y desarrollo en el espacio, en apariencia es caótico, pero en su esencia desvela un orden predecible; por ello su contemplación transmite una sensación de belleza y más aún si es construido en plata.
La colección Candela fue creada a partir de membranas paraboloides que se despliegan y articulan hasta formar cuerpos que se encuentran a medio camino, entre el ornamento vegetal y la arquitectura. Sus brillantes contornos lineales describen un armonioso movimiento undulatorio de plata.
El Destello es la propiedad más íntima de los metales preciosos como la plata; así estas piezas, desde sus superficies pulidas reflejan la luz como la razón de su belleza. Respetar esta cualidad primigenia del metal y hacerla coincidir con su carga simbólica es el verdadero trabajo del Orfebre: nombrar la luz.
Aquellos astros cuyas órbitas se desconocen, vagan errantes por el universo, escapando a la fuerza gravitatoria de alguna estrella. Esta colección recupera aquellos bellos artefactos científicos de la Ilustración, que emulan y predicen los movimientos de los objetos estelares, para ubicarlos en el orden cósmico de un Universo elegante.
Los Flecos son remanentes de los textiles que la tradición del tejido ha convertido en la técnica del deshilado que bordea el perímetro de una tela, provocando una fina sensación a la vista y tacto; así, mismo, esta colección aborda la ligereza aérea construida con listones entrelazados que devienen en deshilados plateados.
Los objetos ornamentales tienen sentidos y características que muy bien pueden contener y expresar códigos formales anclados en gustos y tradiciones, o bien, ser disruptivos y abrir caminos formales novedosos. Sin embargo, al ser creados para su disfrute o apreciación en el marco de los espacios de la arquitectura y por ende, de la cotidianidad que al parecer es su lugar de origen; estos objetos ornamentales nos recuerdan que al estar junto a nosotros en nuestro hábitat, se manifiestan en su original finalidad, la de acompañarnos.
Los objetos utilitarios que han sido pensados y diseñados desde la sensibilidad, tienen en ocasiones afortunadas un atributo extra al de la forma-función, este es el sentido que deviene en permanencia y trascendencia; cuando la vida propia de los objetos, perdura más allá de la vida de sus poseedores y de su época, se instalan por ese hecho, entre los valores de una cultura para dar forma a la civilización.